Senderismo y salud mental

Se han hecho estudios que comprueban que salir a la naturaleza ayuda a la salud mental reduciendo problemas de ansiedad, estrés y depresión. Muchos vivimos una vida apresurada, apegados a la tecnología, al trabajo, rodeados del ruido de la ciudad, y de la contaminación visual. Conectar con las montañas ayuda a liberarnos de las preocupaciones del día a día.

Durante un hike te encuentras en un paisaje muy repetitivo, que crea cierto sentimiento de paz y tranquilidad, y te permite soltar los pensamientos obsesivos.

Este espacio abierto y tranquilo, te permite pensar sin prisa y volver a centrarte. Muchas veces el estrés viene del sistema nervioso, y para calmarlo es importante salir de la rutina y cambiar del lugar en el que nos encontramos, por ejemplo salir de la ciudad y subir una montaña. 

Hacer hikes ayuda a fortalecer tu salud mental; enfrentas retos y demuestras tu propia capacidad. Hay un encuentro interno personal que lleva a una armonía entre mente y cuerpo, lo interior y exterior. 

Al final de un hike se tiene un sentimiento de satisfacción por el logro, mejorando tu estado de ánimo. También creas una relación fuerte con el grupo de personas con las que vives esta experiencia.

De igual manera, en casos más específicos de salud mental se trabaja el compañerismo, la superación personal, el esfuerzo, y la valentía. Para personas con autismo, les ayuda a enfrentar sus miedos, exponiéndose a cambios en su rutina, y a elementos fuera de su control. El montañismo también ha sido exitoso para personas con depresión y sobrevivientes de cáncer, al terminar una ruta porque se demuestran a sí mismos de lo que son capaces, tanto físicamente como mentalmente.